.: abril 2012

viernes, abril 13, 2012

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Respecto al mundo con tal no puedo decir nada. No entiendo cómo funcionan sus procesos ni las dinámicas que lo atan a una galaxia o a unos cúmulos distantes para el astrónomo extraterrestre que nos espía hace tiempo. Si bien no tengo nada objetivo por declarar, si tengo algunas sensaciones que no puedo evitar cuando hacen presencia en mi mente.

Una de ellas vive en castillos, en callejones, en mansiones y suburbios, se sabe ilusión y como tal siempre busca llegar a ser suceso. Se viste con la astucia que la moda le proporciona; ella se mide en días largos, de esos que duran semanas, mientras su naturaleza ausente es palpable con su contundente ausencia. Ella va acompañada de música, olores, de la algarabía propia de una fiesta postguerra. A veces la escuchó venir en mis cienes, entra en mi horizonte mental, se sienta, o sigue bailando. La pienso mientras construye su presente, así es capaz de quedarse en mi mente, para luego soltarse. Yo la veo con formas imposibles, objetos que no hablan, que solo esperan mientras los seducimos, para sutilmente negarse. Son obras que nos pega en la cara, nos halan y pasan por entre nosotros; finalmente, cuando están más cerca, cuando la sensación huele más, suelta el último estertor, quita el sueño y se va.

Etiquetas: La culpa de mi felicidad es de la vaca... verde esperanza