Ya me obligaron a tener un documento para cuando tenga que enlistarme
Muchas
veces no reaccionamos igual frente a los mismos estímulos. El horror, el amor o
el sentido del humor son actos individuales, casi puestas en escena o
proyecciones del entramado que nos adorna la cabeza. Ante cualquier estímulo
nos singularizamos y dejamos de lado la lealtad a la verdad, para ponernos de
acuerdo con alguien o con cualquier forma de sociedad que nos garantice seguir disintiendo
en silencio.
Desestimando
la realidad, nos involucramos en algunos proyectos, de entrada ajenos a las
pocas obligaciones que tenemos. Uno de
ellos es la guerra. Sin más, sin atenuantes, sin espacio para otra cosa. Ella
es una de las acciones que nos hacen pensar en humanidad, en otros, en su
destino y en las pocas oportunidades que
tenemos para evadirnos de nosotros mismos, de nuestra incomparable singularidad.
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