Arbitrario conteo musical 2012 (Vol. 2)

Top 7:  Chairlift-Something

Uno de los caminos que ha tomado lo contemporáneo es la sencillez. Se han desmontado los adornos, los grandes espectáculos, la obra de arte que parece divina. Con pinta de arte dominguero, hecho sin la mayor pretensión sucede Something. Sin embargo, las formas sencillas son el resultado de un proceso largo que la formalidad, los experimentos fallidos y muchos mamarrachos van limando, rompiendo, desgastando el sonido hasta hacerlo bien. Por esos los sonidos de hace dos décadas revientan ahora y suenan maduros. 

Top 6: Django Django – Django Django

A veces, cuando logro poner la mente en blanco, mientras camino o paso por el centro de la ciudad, veo sombras del pasado; me veo compartiendo días ya vividos, sonidos y rostros conocidos. Sin embargo, los pasos hechos, los recogidos, los que estamos por dar son de naturaleza desconocida; por lo tanto, se comportan caprichosamente. Así, los sonidos de este álbum son el repaso de la sicodelia, de una época completa, anacrónica incluso en nuestros viejos tiempos.  Por eso evoca, trae, pone al día los sonidos de días de antaño, universitarios, ilusos y tercos. Paradójicamente, muchos de los caminos novedosos nos llevan al pasado con todos sus monumentos, ruinas y formas asombrosas, solo hace falta asomarse. Esta es una forma.

Top 5: Natalia Lafourcade - Mujer divina

Da solo unos pasos para ir hasta el mueble donde el tocadiscos no deja de girar, aunque solo quede el mismo último surco siempre. Las innumerables tristezas no dejan de retumbar en cada una de las cantinas y cafés, las quincenas, semanas y diarios se van por el vacío de todas canciones. La música popular tiene su lugar, es más que sentimientos conocidos, es nuestra cultura en el aire. Natalia, Natalia, Natalia...

Bonus track II : Blu & Exile - Maybe One Day (Ep)

Arbitrario conteo musical 2012 (Vol. 1)

Top 10: GEPE – GP

Debajo del poncho la música siguió sonando. El tiempo detenido de algunos bares- huecos entrañables y otros desdeñados es la contradicción de los sueños de revolución y cambio que sonaban en los coros libertarios latinoamericanos. La música sigue acompañando la vida que  sucede sobre los Andes o en sus laderas, por eso pensar en que es tradicional es contradecir su misma presencia. Todos los andinos nos sabemos de una nación única, de actitud y altitud, que se tapa bajo el mismo frío.  Los sonidos folk se transforman en propuestas pop,  que levantan letras de amor o disparatadas propuestas.  Desde Chile.

Top 9: Of Montreal - Daughter of Cloud

Un compilado de sonidos, de ritmos contemporáneos, el resumen de la música popular de los últimos cuarenta años. Cada tema de esta compilación de “rarezas” es una muestra de que los ritmos están hechos pero no por ello las canciones salen fácil.  Lo mejor de Of Montreal  son los riesgos tomados, resumidos en  este álbum.  Música para nuevas ideas. Al no ser pensado como concepto, el trabajo consigue tener más de una docena de atmósferas, cortometrajes que ruedan en la mente. Es el eterno deseo de hacer realidad un “qué tal si…”.

Top 8: Mark Lanegan Band - Blues Funeral

Aunque criticado hasta el cansancio, este álbum es el mejor ejemplo de cómo no es posible pensar que un músico debe seguir haciendo el mismo número por décadas. La gracia de un artista es la creatividad no su reiteración en una misma idea. Partiendo de esa premisa, escuché la apuesta por una voz que parece quedarse muda para siempre en cada canción, que no aguanta más y que se hace inimitable, es el falsete de la vida, ese hermoso ronquido que destila horas de experiencias. Es inevitable la evocación a los sonidos puros de los años noventa, a la ampliación de los géneros y a la revitalizante mezcla de experiencias sonoras.  Ojalá Lanegan siga en la búsqueda y no se quede en el confort del pasado.

Bonus track I :  Tenacious D - Jazz

Un álbum, dos canciones y la incertidumbre de las formas simples. Genial. 

Voces de lejos....

En algún lugar, de esos donde pastan las especies desconocidas, pasan las cosas que no dejamos ocurrir. Allá seguimos hablando cuando nos hemos quedado callados, las voces pasan en esas casas que abandonamos para poder seguir adelante. En esos recovecos hay personas que dejamos de frecuentar, el continuo de miradas que evitamos. También en sus diarios aparecen los hechos que no protagonizamos y las muertes que conjuramos. En esas colonias nos deleitamos cumpliendo las promesas que olvidamos  y cuidamos los pactos que traicionamos.

De esos cursis parajes salen personas, objetos o simplemente oímos  voces. De ese idilio, pegachento lugar común, tengo destellos de vez en cuando. 

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Los  pacientes observadores sabemos entretener la mente en una trama, un color, una forma o una silueta. Ellos, los objetos, se multiplican  al desprender sus circunstancias y entran en la ensoñación. A veces los objetos no lo son y lo observado se transforma en personas, en allegados, en extraños. En esas personas que no conocemos y ya nos sabemos de memoria, basta un instante para anticipar su mirada o insinuar  que hace una profunda reflexión.  Eso que se fantasea se rompe en un instante, se cae y rueda por el piso (no me puedo quitar de la cabeza la escena de La flor de mi secreto), se deshace en realidad, pura, de esa que todavía huele a nuevo. Mientras eso pasa el observador queda en segundo plano, es un mero accidente del paisaje y solo puede perseguir lo poco que vio al comienzo. 

Alexandra Taupiac