Apuntes del ridículo

Siempre me  he fijado, me he burlado, he sido hasta cruel en los adjetivos, despectivo hasta el hartazgo, cuando hablo pendejadas sobre los lugares comunes. Para mi ego, no para mí mismo, adjudico un montón de excusas, de buenas razones para darle espacio a esos lugares.  Como todo escrito aquí viene un sin embargo (bis), me volvió a pasar, cada acto me calla la boca y me muerdo la lengua por eso no me hago responsable de lo que me gusta. Rayando el lugar común, esta canción.

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El amor no es un sentimiento, es una decisión; con la posibilidad de convertirse siempre en la mayor apuesta de nuestras vidas. El deseo de amar a alguien implica incluso asumir que puede ser nuestra pareja de por vida o por un trecho de la misma. Entonces, el amor es una decisión que se asume. Mientras vivimos somos capaces de hacer cosas por amor, dar detalles, ser corteses y hasta mostrarnos interesados;  pero a veces no todo resulta y tenemos que asumir que no es una decisión individual. El amor es una decisión que es asumida por dos, no por uno solo. De ahí que cada uno de los enamorados piense en un futuro diferente, quiera algo especial o piense que es la única o el único que lo está, por eso solo se fían de los actos diarios.  Ahora sabemos que el amor es una decisión que se asume por dos en un eterno presente. Como es un absurdo fiarse de un "amaré", buscamos cada día hacer realidad el día siguiente. Así  la vida  de pareja se vuelve una  cadena de acciones que laborosa, cariñosa y deliberadamente tienen a mantener el presente. Ahí se nos puede ir la vida.  El amor es una decisión de dos, que deliberadamente buscan mantener su presente de enamorados.

El amor es una película lenta, con actos deliberados y  un eterno presente juntos.  

En el punto de partida...

Honestamente, no considero  la posibilidad de una bipolaridad en el mundo.  Lo del blanco o negro, el arriba o el abajo, el aquí estoy y ya no, esas cosas dejaron de trasnocharme. Así no se pregunte el por qué, se lo contaré. Bueno, esto no empezó en un momento exacto o un día que me levanté de malas pulgas ni por el otro lado de la cama, sacando todas estas posibilidades solo queda contar que caí en la cuenta de que eso pasaba, simplemente  que lo supe, así como sabemos que alguna vez volverá a ser lunes.

 Lógicamente, este nuevo axioma hizo que  cada situación, persona, estado, incluso las cosas, empezaran a perder su contorno que las separaba de otras semejantes. Lo noté cuando no fui capaz de separarme de las imágenes, los sonidos, que sumadas a otras cosas fueron  a dar en una colección casi escrupulosa.  Una allí, otra más abajo y siempre en un continuo, tan abigarrado, tan mío y tan  tanto que ahora no soy capaz de hacer juicios.  Las redes que he tendido entre imágenes, representaciones, sonidos, sensaciones y otra vainas que no entiendo, hacen que sea imposible darles cualidades extremas, solo me motiva lo que siento, las decisiones que tomo sin reposo, eso pasa..  y por ahora, no tengo nada más que declarar.