Magritte no tiene rostro...
Los días son rápidos. Mi primer amor ya es madre, del segundo no tengo idea y del resto ya perdí la cuenta o me hago el de las gafas oscuras. Los amantes de Magritte están de fiesta. Se aman en una fiesta. No están en ropa cotidiana o en ropa interior. Aunque no sea de un amor de puertas hacia afuera, el amor sólo existe cuando se ven en público porque en privado ya es su ejecución. Viva para los amantes. Sin embargo, todavía tengo dudas. El amor no es una sábana en nuestros ojos, es claridad en la mirada de la otra (en mi caso).
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