martes, diciembre 29, 2009

Cada vez el arte está más cerca de nosotros, a veces tan cerca que nos trasforma en plantas, colorea nuestro fetiche preferido (el conejo)etc.





De todas formas el olvido es implacable. Cada vez que tratamos de hacer memoria olvidamos un montón de cosas. Esa es la enseñanza de César Aira. A la vez que hacemos algo desplazamos otras, para crear es necesario llevar al olvido procedimientos, otras ideas, experiencias trucadas, memorias reasignadas. Hoy podemos llevar hasta el extremo, fabricamos ilusiones de memoria, civilizaciones que quieren evitar el olvido. Sin embargo, toda nemotecnia selecciona, aparta suprime deja de lado. Por eso las acciones de los artistas son sorprendentes, exageradas, extremadamente ridículas, desoladamente aplaudidas. Hoy tememos la virtud de saber, de combinar, de elegir. Olvidemos a todos los biólogos, artistas y demiurgos y pensemos la propuesta de


KAC


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Cada vez el arte está más cerca de nosotros, a veces tan cerca que nos trasforma en plantas, colorea nuestro fetiche preferido (el conejo), se nos sube a la lengua y nos pone a hablar códigos genéticos; definitivamente la memoria es la mejor forma de olvidar el mundo.

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