martes, septiembre 09, 2008

300 (De ángeles y otros demonios, o obsesiones, filias, dudas, torpezas, muerte, soledad, amor y otras cosas que se han puesto 299 veces )





El amigo imaginario de los místicos y mundanos. La presencia de la nada, el observador mudo y el mejor regalo para un niño en su Primera Comunión. Si es una presencia verdadera, mis disculpas a mi ángel. Es importante tener cerca a alguien, así sea imaginario. La presencia que pregunta, que comenta con otros, el ojo que nos sigue, que nos hace voltear como si nos tocara el hombro. Es aquel que escucha el soliloquio de qué me pongo, la mejor decisión es..; nuestro humor, ese olor, es la presencia. Él, Ella están. Esa presencia que nos despierta para que no nos pasemos. Esos, esas parecen ser ángeles.

El cielo sobre Berlín, Las alas del deseo, Der Himmel über Berlin. Es el año de 1987. Todavía sólo los ángeles pueden cruzar el muro. Lo cotidiano llena la película que sólo posee un acontecimiento. La vida llena el resto, es capaz de relatar singularidades. La simple idea es fascinante, que alguien nos mire y juzgue, sufra o viva nuestros pensamientos, casi más que nosotros. Cuando el mundo era bipolar, cuando Nick Cave era poco conocido. La imagen de un mundo en construcción, de su memoria y del otro mundo (detrás del muro, detrás de las intenciones). No importa que sea sólo Europa, es la sensación de que somos importantes para el universo místico. Lo divino o casi mundano nos acompaña. Faltaban unos años para Tan lejos, tan cerca. Sin embargo, el camino se había recorrido. Los ángeles descansan sobre la nacionalidad alemana. El cielo de esa Berlín todavía escarba en busca de su memoria.



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