lunes, abril 12, 2010

Más allá del retrato de la National Geographic






Todavía vivimos en una provincia mundial. En nuestra bien llamada aldea, somos militantes de la superstición, del extrañamiento hacia nuestros iguales. Nos asalta la desconfianza o ponemos una distancia innecesaria para entenderlos. Somos antropólogos en nuestra casa, miramos a lado y lado, describimos, tratamos de inventar razones para los otros o no intervenimos para dejarlos ser. Lástima que la anterior descripción tenga el defecto que crítica. No podemos dejar de ser extraños en este mundo.

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