domingo, mayo 27, 2012

Ya me obligaron a tener un documento para cuando tenga que enlistarme







Muchas veces no reaccionamos igual frente a los mismos estímulos. El horror, el amor o el sentido del humor son actos individuales, casi puestas en escena o proyecciones del entramado que nos adorna la cabeza. Ante cualquier estímulo nos singularizamos y dejamos de lado la lealtad a la verdad, para ponernos de acuerdo con alguien o con cualquier forma de sociedad que nos garantice seguir disintiendo en silencio.
Desestimando la realidad, nos involucramos en algunos proyectos, de entrada ajenos a las pocas obligaciones que tenemos.  Uno de ellos es la guerra. Sin más, sin atenuantes, sin espacio para otra cosa. Ella es una de las acciones que nos hacen pensar en humanidad, en otros, en su destino y  en las pocas oportunidades que tenemos para evadirnos de nosotros mismos, de nuestra incomparable singularidad.  

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1 Comments:

At 7:29 p.m., Blogger Viviana Ch. said...

«Abonar los surcos del labrador anónimo es el verdadero destino del verdadero soldado. ¡Ah, Camarada! Te aseguro que este mundo no es más que una simple empresa que se ríe del mundo [...] Escúchame bien, camarada, y no dejes pasar nunca más, din darte cuenta de su importancia, el signo capital con el que resplandecen todas las asesinas hipocresías de nuestra sociedad: «El enternecimiento sobre la suerte, sobre la condición de los miserables...» Os lo digo, infelices, jodidos de la vida, vencidos, desollados, siempre empapados de sudor; os lo advierto, cuando los grandes de este mundo empiezan a amaros es porque van a convertiros en carne de cañón... Es el signo...» Ferdinand Céline - "Viaje al fin de la noche"

 

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