lunes, julio 03, 2006

Los edukadores...


Cuando cometemos un error o cuando estamos haciendo algo que no está bien para los demás, hay un pequeño filo que al cruzarlo nos parte la vida en dos. En esta película encuentro una confianza total en los amigos, una visión romántica de la justicia y un final de cuentos de hadas o simple final para suspirar, porque los héroes son otros y no nuestro círculo o nuestros amigos. Conmueve la honestidad de una de las tres esquinas del triángulo amoroso. No hace falta ser bonito o reinventarse el socialismo para ser un amigo cabal y como tal perdonar a todos. La propiedad de la juventud consiste en poder trazar un cúmulo de experiencias que servirán para recordar y siempre poner sobre la mesa cuando evaluamos nuestras vidas. el muro ha caído y algunos hemos crecido sin la presión de un mundo bipolar. Todavía sentimos extrañeza ajena de los buenos y los malos, sin saber quienes eran o lo son. Confidencia política, amor en problemas, una aventura que termina mal. Cualquier frase se aplica. Muchas situaciones familiares y silencios conocidos. Una película para los que rozamos los treinta.