martes, enero 22, 2008

de la naturaleza humana a las multitudes...


Aparecen nuevos habitantes en la tierra constantemente. Lo realmente asombroso es la capacidad que tenemos para adaptarnos. Siempre la naturaleza (natura, naturaleza humana o divina, el Ekeco en últimas) tiene la capacidad de llevarnos hasta el pasado, a ser pasados de moda o llenarnos de orgullo (experiencia ¿Cuánto vales?). Las oportunidades las tendrán otros (igual competiré por las mías y me inventaré otras) y cumplirán mis sueños y los de otros. Nos perdemos constantemente entre la gente. Calculemos una proporción alta de humanos reunidos en un solo lugar y dejarlos a vivir tres semanas, como en un estadio, una emergencia, no un reality. Cada uno imagina el lugar diferente y deja que sucedan otras cosas. Eso es convivencia de especie. La ciudad se ha convertido en eso. El arrume del mundo. Son tantas mentes que no vale un consenso, las encuestas son un ejercicio filosófico de creer que alguien puede pensar igual. Me retiro de cualquier encuesta en este momento y pido ser un número, porque igual así hablemos no lograremos encontrar puntos en común. Es buen negocio sobrevivir, tener algo que decir y la capacidad de asombrarnos de la singularidad de los demás. Esto sin incluirla, soportarla o tolerarla, sólo viéndola y abandonándola cuando nos aburra.

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