lunes, mayo 12, 2008

Pies de plomo


Aunque es inexpresivo el tiempo o no sentimos cómo nos deja de lado, hoy me doy cuenta que va a otro ritmo. La locura de sentir que pasan las cosas por los lados y nosotros estamos estáticos. Es una maratón en la que corremos, al comienzo nos pasan los líderes, luego el grueso de la competencia y al final pasan hasta los pensionados y nosotros seguimos corriendo en el mismo lugar. El flujo del tiempo me sacó por descarte, estoy más pendiente de otras cosas, dejo pasar el tiempo. He perdido la cuarta dimensión. No tengo penas de ninguna clase, pero si pesares. Dualidad del tiempo: tener mucho que hacer y sentirse vacío, sin rumbo. Necesito una iglesia para atletas estáticos, un libro de autoayuda sobre “Cómo evitar leer libros de autoayuda”. Es increíble que sea mayo, abril o enero. Es raro tener espacio para sentirse bien. Es extraño estar bajo la lluvia de la madrugada. No es raro que todos nos sobrepasen. Bienvenida la eternidad, donde nada pasa y todo queda.

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