sábado, abril 19, 2008

Aquí en Bogotá , no tengo la escenografía..


El día que todo pareció de película la narración cambió. Es imposible expresarme sin imágenes de cineasta sin cámara.A ras de suelo pasando entre los zapatos, tenis, sandalias y hermosos pies de mujeres, mi mirada queda en la mano de un hombre que ha caído. La razón de encontrarse con traje y todo, como lo imagina usted; postrado y con mirada sonriente, es que ha encontrado una excusa para no ir a trabajar. Todos están cerca de las ocho en punto; así que no hay razón para parar, a menos que sea usted uno de los que tiene un pantalón gris y zapatillas de toda la vida. Ahora, pasamos hasta la mano derecha, donde hay una manilla con nombre de mujer. El hombre es blanco y tiene una sonrisa de imbécil. Los minutos pasan y se desocupa la acera. Los edificios están a reventar. Nadie asoma sus narices en los rascacielos. El hombre queda sólo y se levanta, nadie le preguntó nada. se preocupa y simula estar enfermo.

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