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Presa de tu cuerpo,
de los mares del asco,
de la furia, del cotidiano
de tus sueños.
De sima a cima no hay espacio para ti.
Para tu melancolía demarcada.
Para la altivez de tus deseos.
Regresas aquí – sabes venir a cuidar de ti.
¿Tienes días para el hoy?
¿Sabes qué tienes?
Hoy comienzas, hoy retornas, hoy sabes algo más.
Drenarás tus tristezas.
Que de mañana te recogen y te mandan a la tarde;
la inmersión termina y traes las manos llenas de ti.
De seres, de días fabulosos y grifos sin escamas.
Y de la turbiedad que da el brillo del agua, que te renueva la mirada.
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