lunes, julio 07, 2008

Al infinito y más allá... (Dos dados romanos). Primeros cristianos adictos.



Para el hombre nunca es suficiente, siempre nos hace falta más. Inventamos posibilidades (algo, inefable, eterno, mañana, cualquier cosa, incierto, increíble) tenemos más posibilidades de nombrar lo inexistente que lo real (literatura, las demostraciones de todo, la filosofía, la metafísica, la religión, la presencia de habitantes en otros planetas). Puede que existan todos los elementos del universo, aquellos que pensemos y aparecen sin más. Ya están todos. Sin embargo, algo hace falta. Una palabra nombra todo lo que pueda suceder, la palabra es azar (espejo: raza, La lotería en Babilonia). Aunque no sabemos lo que sucederá esta tarde, sí podemos pensar en otras alternativas ¿Otras alternativas? Cuando son infinitas las posibilidades sin el azar. Así somos los hombres y queremos engañar, incluso, a nuestras sombras si se descuidan.

Un dado es la posibilidad de derivar el presente. Es necesario lanzarlo y convocar a un tercero (uno: dado “representante del azar”; dos: “representante del infinito presente”) que es amorfo y sin la seguridad del presente; es decir, del infinito.

El uno sería una posibilidad no voluntaria.

Matemáticos, poetas y tahúres, se han especializado; ñoños, niños, amas de casa desocupadas han pasado su destino probando suerte en otros. Aquí unos dados. :: :: ( debo repetir).

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