miércoles, octubre 12, 2011

El ruido de la vida al pasar














El sonido del cuarto contiguo se hace vida en el mío, duermo con otros y con otras, los escucho y no opino, pero sé de sus vidas. A veces los siento actuar de forma incoherente; nos sentamos para escucharnos, la pared no es un obstáculo, es la oportunidad de ser sinceros. A veces ellos no me ven asentar con la cabeza ni la expresión de desaprobación cuando utilizan palabras crudas para expresarse. Yo les devuelvo suspiros, algunas risotadas y miradas de reojo.



Todos sabemos quiénes somos, cómo sentimos, pero no tenemos prejuicios de rostros, somos contiguos, estamos en la misma vida, sin embargo en compartimientos diferentes. Hoy los saludo y no quiero preguntarles por lo que conversamos anoche. Tampoco les reclamo que nos despierta el mismo despertador o lo ruidoso del caminar nocturno, menos la preocupación que me asiste cuando los oigo toser mucho.



Mientras la vida pasa al otro lado de la pared y seguiré la mía y esperando que algún día tendremos que recordarnos como ahora nos escuchamos: a ciegas.


Sandy Skoglund

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