domingo, agosto 21, 2011

Inconexo

Una tarde de domingo, hace más de 25 años, un padre y su hijo ven pasar carros mientras esperan a alguien. En un restaurante de la zona industrial de cualquier ciudad del mundo los comensales, estudiantes de último año, están juntos por última vez, a pesar de que no han empezado a vivir. Las innumerables llamadas de los amigos, mientras el interlocutor arma su maleta, que será la vida durante una larga semana. Un sábado cualquiera, mientras amanece, una pareja camina y se acomodan la vida y las circunstancias que dejaron en una esquina hace unas horas. Un hombre saca sus cigarrillos y no le ofrece a su compañía femenina, como respuesta ve que ella saca los suyos y ambos saben sobre lo que hablarán. Dos mujeres cocinan, charlan, explican y terminan llorando por la misma causa.

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