Revisitando el mundo
Desproporcionado el mundo para lo que pasa en él. Sobran lugares, demasiados paisajes evocadores para pocos convidados. Casi ilimitadas estrellas para pocas noches y excesivos colores para nuestra miope sospecha. Mucho espacio para el poco tiempo que corremos luego de aprender a caminar. Tantos sabores para tan corta saciedad. Por eso mientras más conocemos, cada vez que ampliamos la frontera, nuestra casa se empequeñece. A medida que vivimos, tratamos de tener pocas certezas, de paso cribamos a la escasa humanidad. El paisaje es ancho, pero nuestro entendimiento pretende solo saber dónde termina nuestra sombra. Pero hay algo más hondo, extraño, demencial, extraordinario, desfasado, anacrónico y vanguardista. Ese tanto del mundo que no pesa, que no se mueve, ni se ve a la distancia y como no produce sombra no tiene límite ni nombre.
Etiquetas: De la nada pasan cosas
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