miércoles, noviembre 28, 2012

11100


Un mes.
Treinta mañanas en muchos lugares.
Una luz que parece no apagarse.
Pocas horas de sueño me ponen en un continuo no aireano.
Muchos sabores nuevos, una mirada exótica.
Aeropuertos, semanas sin domingos, cervezas a destajo, vicios que se vuelven intermitentes.
Olvidos.
Imposibles que se vuelven monstruos.
Monstruosos entrañables.
Objetos de diseño.
Hastío, una sombrilla, una alcancía. Tu vida.
Salidas en falso, ficciones ridículas.

Un olor a nuevo mundo.
Urgencia por rediseñarme.
Hermosas novelas sobre días que casi cumplen un siglo.
Nosotros empezando una década.
El cerco que tendemos para evitar a los otros.
Seis minutos.
Trece kilómetros.




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1 Comments:

At 10:11 a.m., Anonymous Anónimo said...

Algunas fechas nos recuerdan la llegada de las malas noticias, los asuntos pendientes, las tareas hechas y hasta el descuido de nosotros mismos. ¿Seguiremos pensándonos en décadas, en los rastros que dejamos del otro, en los círculos, en los reencuentros? ¿ya no hay tiempo para nosotros?

 

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