miércoles, mayo 09, 2007

"Gracias amigo, no bebo"


De las verdades más importantes en la vida hay una, varias o todas, que se contienen en una, y es la incapacidad de hacer permanecer algo. Es contradictorio lo sé; pero funciona así.

Imagínese usted entonado toda la vida. Prendido y no borracho, con esa ensoñación capaz de todo. Existiría una droga que nos pondría sobrios, unos terapeutas que practicarían la sobriedad anónima. La locura de los días sería una cordura diaria. La rutina de la borrachera nos haría a todos artistas y serían extraños esos tipos de oficina, un poco bohemios en sus cuentas matemáticas. Todas las viejas estarían rebuenas y al tomar nos meteríamos con la más fea. ¡Oiga! Eso es lo que pasa todos los días. Juemadre, borrachos…. No es serio. Los días rutinarios, como los estados de ánimo, como la vida, como todo, no son permanentes…

La necesidad del cambio es pronunciada en el universo y somos tercos ante él.
Hoy pienso en los dominios del pasado y son selvas de nada. Días sin forma, ni horas, días borrosos, tachados, amarillos y olvidados. No es cierto, el pasado se acomoda cada día a la ebriedad de turno. Bueno, no sé si es bueno, o no. No importa…. Los días de mi vida se han convertido en tardes y fines de semana. Que alegría que todo lo bueno pase por la tarde. Y que todo siga pasando por las tardes…
Brindo por el momento en que tu y yo nos conocimos
Y por los corazones que se han roto en el camino.
Brindo por el recuerdo y también por el olvido
Brindo porque esta noche un amigo paga el vino...
Brindo por seguir queriéndote toda la vida,
Casi esta lleno el vaso con la sangre de otra herida.
Brindo con emoción pero también brindo con frialdad,
Que la salud no falte a toda la humanidad...
Desde un rincón del mundo... brindo contigo...

Etiquetas: ,