Qué te trague una multitud

Sin embargo, también hay soledades que abarcan todo lo lleno. Como cuando tengo la razón y usted no. Las veces que tengo ganas de saber un color, sabor, nombre, mentira, ropa interior, dolor en el enemigo. La soledad de la experiencia de un parto, de un secreto. De tu deseo o los pensamientos que no recuerdas.
Una última, la soledad absoluta y hermosa, sublime. Mi, tu, orgasmo, sabor, saliva, lecturas de baño, ansiedad y perversiones no contadas, la versión de Dios, el tacto en mí, el gusto por una frase, la risa en la multitud y una que otra mujer o día. Esa si es soledad. Naturalmente es soledad.
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