lunes, agosto 20, 2007

"Quiero ser una chica Almodóvar"


Comenzando el siglo sabemos que este será una centuria totalmente femenina. Los hombres no tenemos la necesidad de imponernos o considerar que cambiaremos el mundo. No es un conformismo, ni una queja machista; no, es una realidad. Los hombres somos capaces de enamorar mujeres que cambian el mundo. Es difícil encontrar un hombre brillante (no reconocido), en cambio las mujeres inteligentes abundan en el abandono, sin reconocimiento. Si son una salida, no lo sé, igualmente tampoco, pienso que las cosas cambien. Las armas son masculinas y están por encima de las palabras. El lenguaje (eminentemente femenino), es reducido a su opuesto, es transformado en silencio masculino.

Un ejemplo lo constituye la comisión que viaja a Venezuela. Este grupo es comandado por mujeres y en un porcentaje alto las ideas es dado por ellas. Sí, Moncayo está. Pero, en él participa de la mejor forma que lo podemos hacer los hombres: el silencio. Nosotros podemos criticar el mundo y en lo cotidiano lo cambian las mujeres. Hermosas, intensas, habladoras hasta la neurosis masculina. La comisión da pasos de tacones: madres, hijas, esposas y amantes en silencio (lo oscuro es masculino), esperan que cambie algo.

No exijo nada, solamente nunca ser ciego, para no perderme el mundo y las formas femeninas (no feministas (voz masculina con vagina)) de solucionar el mundo y llorarlo. Bellas espectadoras de vaqueros e indios, en plena madurez del mundo, matándose.

La obra es de María La Placa. Artista boliviana .

Irías a ser ciega
que dios te dio esos ojos
irías a ser muda
que dios te dio esa boca.
Vicente Huidobro

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