Cardenales Galácticos

Cuando tomé conciencia del mundo ya habían pasado unos años de mi historia. Por ahora recuerdo algunos eventos y muchos se han perdido. Lo mismo ha sucedido con el universo. Al observarlo reconozco que los eventos del pasado sólo traen ecos, al igual que los hechos del futuro. De tanto en tanto pensamos que somos históricos, suele pasar al pensar que duraremos un rato en las mismas condiciones. Las diapositivas del universo las vemos en la diacronía de lo humano (donde conociéramos la historia como tal sabríamos quién fue), en instantes, eventos aislados, nada más. De ser cierto, todos los experimentos, incluyendo desde la recreación de los primeros nanosegundos del universo en El Gran Colisionador de Hadrones hasta cuando sumercé levanta la cabeza pasa saber si va a llover o lo “ha untado, quemado” una paloma, serían el agujero negro por donde escaparíamos a descansar, en ese lugar donde vuelven a suceder las cosas de nuevo. De estos sencillos experimentos cósmicos propongo la salida para el querido Independiente Santa Fe.

Usted simplemente debe ver los partidos como otro objeto del universo, es decir ahistóricamente, sin dimensión temporal. Como vemos los terremotos, el amor, el surgimiento del hombre, la presencia de los cometas, la noche, la suerte, las buenas ideas; como simplemente eventos que no se pueden estudiar en su totalidad sólo en sus indicios. Usted se para con los brazos cruzados frente al televisor o en la tribuna y asume la pequeñez ya prefabricada. Con este fin solicite que lo insulten, atraquen o madreen; si hace falta acérquese a la vitrina de una tienda de tecnología y luego consulte sus bolsillos. Así usted será el hombre más feliz del mundo al ver a su equipo del alma jugar. No le cuesta nada, como mirar las estrellas. No piense en el pasado, sin olvidar que lo único por recordar es que es un evento más del universo, que jamás se podrá repetir, ni recrear en su totalidad o sólo en algunos sucesos. Durante el encuentro activa su moderno amor por lo instantáneo, dejando que los hechos pasen como eventualidades del cosmos. Al salir sólo mire el horizonte, recordando las falencias del conocimiento humano, pase la calle y tome un bus repleto, sabiendo que el próximo evento es levantarse a trabajar al otro día.