lunes, abril 13, 2009

Ojalá no aprendamos así...

De todas formas el fútbol sigue siendo un juego, escondido bajo mantos y mantos de intereses creados por la gran mayoría de la humanidad. El respeto por los resultados debe hace parte tanto del juego como de la vida donde casi nunca ganamos y sólo ocasionalmente las cosas salen como queremos. Al ser imposible encontrar las soluciones que complazcan los sentidos de todos, lo contingente sigue en pie la mayor parte del tiempo. Celebrar la victoria, llorar la derrota, entre otros lloriqueos, hace parte de lo poco de humanidad que tengamos. Por más corrupto que sea el juego o la vida, sumado a los malos jugadores, malos árbitros, ignorantes comentaristas torpes, los malos hinchas, los abandonados estadios, los rivales que defraudan; siempre es posible tener la ilusión de ganar aunque sea una vez y aprender de otros.


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