lunes, marzo 02, 2009

Otra pintura de la hermandad


Mientras vamos corriendo, las paredes del presente se deshacen (como los recuerdos sobre Mandarina –la de la película) en alternativas sacudidas, de tiempo, de desgracias o fanfarronadas personales. El olvido hace parte de los días pasados, por agua, por lluvia, transitados por personas ajenas al eterno espiral del presente. Inquietantes días se desploman con fantasmas incluidos, con obras de teatro sobre el futuro donde los actores siguen actuando en los fragmentos y en las ruinas del futuro no cumplido. Aunque es complicado a veces debemos recordar todo, el presente parece hecho de barquillo, hay días que no me acuerdo de las cosas (incluso las que no existen) y son demolidas por el olvido.

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