martes, mayo 26, 2009

Lugar común: la realidad, expandible a versiones alternas (Escher).


De todas maneras la realidad ya no es una medida del mundo. Al ser tan difícil establecer los límites del terruño (antes sólo hacia falta meter un dedo en la herida sagrada o decir ver para creer), no es necesario preguntar ¿es verdad? o decir: “no te lo puedo creer”. Ahora llueven sapos (Magnolia), exterminan hasta la sombra de un pueblo (como en la Segunda parte de una belicosa película), degenerar los parámetros del mundo para demostrar que usted también está en depresión (aunque en la abundancia tengamos la misma soledad en los bolsillos) es una técnica sencilla. Entonces, la propuesta es cerrarse a lo general (portador de la categoría), desmontar la credibilidad en las informaciones convencionales (noticieros, consejos paternos, información encontrada en los libros de texto), salir a disfrutar del mundo sin las prevenciones del recuerdo. Al borrar las “cookies” creadas durante años en le trasfondo de la cabeza, esas que caen cuando estornudamos (por eso son esporádicos), tenemos la posibilidad de ver todo de nuevo, con la novedad de una memoria a corto plazo pérdida. Por último, cuando la fuerza de voluntad ya no sea fuerza y lo haya abandonado la voluntad, su sensatez y uno que otro amigo, vuelva a tener fe en lo que ve, oye o entiende o aparente que entiende (que se sorprende) porque ya todo es creíble.

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