lunes, diciembre 27, 2010

Levántate tocayo... Que ya es hora de un "nuevo" simulacro...

El fútbol, como cualquier otro juego, es un simulacro que produce emociones. Al igual que la literatura y que las promesas, el deporte establece mundos artificiales donde esperamos que salgan las cosas a pedir de boca o que terminen como se nos dé la gana. Sin embargo, ni el deporte, ni la literatura, ni mucho menos las promesas, se cumplen como el capricho lo manda. Por más que construyamos un castillo con entrevistas optimistas (pocas veces he escuchado un jugador, técnico o directivo pesimista), entrenemos como locos a doble jornada, oremos toda la mañana o seamos amables; por más que hagamos eso, jamás salen las cosas como las pensamos.

Cierro un año futbolístico con las ilusiones intactas (porque no se han cumplido y como ilusiones se mantienen). No hace falta un resumen, todos lo saben y a los otros no le interesa. Lo que no quedaría mal sería una remembranza personal, que como cada cosa importante sólo le entraña al dueño. Es en un campo de fútbol con casetas de Freskola y balones Mikasa, el resto es fantasía, inventos y simulacros, no tengo más. He olvidado de que se trataba.

Mientras mi pasado es una promesa por cumplir, no puedo hacer más sino seguir viendo fútbol, esperando simular la olvidada emoción de la infancia.

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1 Comments:

At 11:03 a.m., Blogger maobogo77a said...

Buen blog, algún día tendré e mio así jajaja http://maobogo77a.blogspot.com/ @BlogVerdolaga

 

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