sábado, agosto 09, 2014

Pocas veces somos voluntarios de las circunstancias

Jamás nos preguntarán si queremos hacer parte de las circunstancias; nunca  nos pedirán que demos el visto bueno para lo que presenciamos.  Por eso ninguno de nosotros quiso ser testigo de lo que tuvo al frente. Sin embargo, siempre, siempre, nos dejan un pequeño espacio, para mirar a otro lado, para actuar y hacer frente a lo totalmente circunstancial o simplemente para callar indefinidamente. Ese prolongado lapso de silencio impune, de complacencia hacia nosotros  o esa estratagema que apela a la imaginación, se vuelve el chicle vital de nuestros días, el espacio mental que no hemos compartido o dejado al olvido.







En esos recovecos logramos excluir lo incontrolable  y creamos unas cuantas alternativas a lo que dejamos de mirar, reorganizamos nuestras cobardías dejando espacio para que la duda cree nuevas circunstancias. De esa forma nuestra mente se nutre de experiencias aplazadas y placenteros recuerdos rancios que se curten con un poco de voluntariosa voluntad. Eso somos y creo que es lo que más gusta cuando las circunstancias nos ponen  frente a lo inevitable. 

                          Rubens Gerchman

Etiquetas: