martes, enero 13, 2009

Somos muchos y queremos seguir siendo muchos







Hubo una época en la historia y acaso en la vida de algunos, en la cual eran más importantes las acciones políticas de cada persona, de cada pueblo o del planeta entero. Hay días más políticos que otros, hay pesares cívicos o patrios. De resto (“el resto”, usted y yo incluidos), los libros de historia los excluye/n: pequeños pensamientos, las historias, las hazañas de nadie. No es la historia de “los de abajo”, no son los vencidos, no son los pobres pobres, no son los dominados-liberados-opresores-dominados, tampoco los obreros, esa aparece en los libros.

La que se extraña y se admira por imposible, es la de los segundones, los amantes, los fieles, los mentirosos cotidianos, los perdedores sin fama, los análogos, los genéricos, los “y pico…”.

¿Cómo diablos no ser egoísta? De antemano sabemos que el Larousse no nos dará una línea, ni efímera, ni rescatadoramente malograda. Saltemos de la dicha ante cada paso que damos. No seremos los primeros en nada. Sin embargo, no somos perdedores, no somos pusilánimes; somos normales, somos especie. Ni superdotados, ni vanguardistas, ni revolucionarios. No hay análisis político posible en mi vida, ni en la suya. Por lo tanto, más animal político será aquel quien quiera portar sus ideas como identidad ; quien tome el traje de la historia y sea idolatrado; odiado, orinado por perros, cagado por palomas, limpiado por adeptos y recordado/a en una plaza cerca de su casa póstuma. Como no hacemos esa historia, recordemos a los que sí.

TINA MODOTTI

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