martes, agosto 11, 2009

La ciudad de antes, de ahora, la que pensé...






A veces dejamos de mirar hacia adentro, hacia los monumentos de la mente. Esas piedras que acumulamos, los pocos vectores que somos capaces de proyectar se caen en lo cotidiano. Como las cajas de leche de mi cuidad, de cualquier lugar, sólo sirven para no mojarnos y tener familias. Los espacios de la ciudad son otros, nunca la casa, nunca la mente, sólo las prácticas: ir a trabajar, almorzar, regresar a trabajar, dormir, etc. Esa es la pobre ciudad de la mente. Si asomamos la cabeza encontramos otras cosas: ¿Movilidad?, ¿esa es la polis de la mente? La ciudad ya no es el camino, es la realidad que se esconde, en el simulacro de los horarios. No quiero mundos jipis, nada de calles, ni ciudades letradas, sólo un palacio mental donde meter la cabeza cuando pienso en mi ciudad. Piranesi

Etiquetas: