Anónimos

Si hacemos cuentas, las personas anónimas, aquellos que no salimos en la televisión o que opinamos para nosotros mismos (ya que a nadie le importa lo que digamos) somos la mayoría de la humanidad. Convertimos en famosos a otros y en lo cotidiano somos una cifra estadística. Así usted tenga la idea más brillante o presencie el descubrimiento de un ser extraterrestre, o descubra una falla en el sistema de contabilizar el mundo. Tanto así, que los gremios sólo conocen a sus personajes importantes, de resto nadie más sabe de ellos. A lo mejor usted o ustedes, son famosos y yo ni me entero o ustedes ni se enteran. En algún lado le rinden culto a su personalidad con harem o estatua incluida.

No nos llamemos a engaños somos anónimos y tenemos la fortuna de no salir en algún diccionario. Propongo “El diccionario de objetos inservibles” y “El diccionario biográfico de los Grandes Don Nadie”, ahí estaremos con nuestra estúpida sonrisa. Con ese famoso saco que no nos quitamos o la grandiosa frase que ha resumido nuestra existencia: (habrá algunas que serán siempre algo cotidianas como todo el resto de nuestras vidas) “La salida está al fondo del pasillo”, “Hoy es un mal día”, “Parece que va a llover” son algunos ejemplos; no son los refranes (que responden a una lógica de grupo, por ser populares). Hoy celebramos eso, eso que somos. Anónimos, sin títulos o paparazis que nos lo adviertan (si salimos en pijama a comprar el pan). Propongo hoy el día del anónimo (no vale El soldado desconocido o El día del lector anónimo), no tiene fecha porque terminarían haciendo homenajes, declarando festivos y condecorando gente; lo que haría contradictoria la fecha. Todos seremos algún día anónimos representativos.

La pintura no es anónima...