lunes, junio 01, 2009

Materia gris, gris de cemento...






Mientras vamos en bicicleta por la ciudad de nuestra mente, de nuestra experiencia; quisiéramos que saliera de algún lado una pared, una guardería canina o que simplemente desaparecieran para no tener que pisar sus mierdas. En otras alternativas ellos (los perros que nos ladran) vuelan por la acera de los perros y portan pañales Purina. Mientras se pierden pastores alemanes detrás de los aviones por su lado un labrador intenta morderse la cola; ese es el instante donde el edificio se reedifica en la mente del transeúnte. Las lozas que hemos recorrido no dejan de llamarnos en la mente para hacer la ciudad adecuada, esa que hemos reformado desde las ventanas, los huecos, las situaciones sociales. Todos sabemos cómo solucionar un problema de la ciudad. Se reedifica en cada mirada y juicio. Imposible no caer en eso, en esto, en la experiencia citadina. El único lugar donde se hacina el bien y el mal, donde la pobreza se le antepone al derroche (un vidrio de Jaguar limpio), esa especie de espacio dominado por la torpeza de los trazados mentales. Esa preocupación del siglo XX tempranero (desde la Edad Media) terminará demostrándonos que será el único lugar (aunque contradictorio) de humanidad. Aquí algunas imágenes de la mente de algunos gringos locos (bueno no tanto).Sheeler, Sheeler, Moholy Nagy, Demuth, Bourke (en ese orden).

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