lunes, septiembre 28, 2009

La necesidad de las pequeñas causas





La vida es una secuencia, el bucle que va de un lado al otro. Es imposible pensar en linealidad cuando lo inoportuno, la casualidad hacen parte constante de nuestro pensamiento y sufrimos constantemente sus arbitrios. Casi como en una serie de eventos inconexos dormimos, despertamos, decimos, callamos, mentimos, soñamos y a dormir otra vez, para proporcionarle algo de orden a la secuencia. Realmente, al tomar cada mañana la decisión de despertar, tomada con anterioridad (despertador) o al azar, caemos en cuenta que estamos en la página siguiente, terminando de crear algo inconcluso o siguiendo el mandamiento del universo. Pedir sensatez se hace imposible; sin embargo, la referencia constante a mecanismos para recordar fenómenos que nos traiga la etapa anterior o lo que dije esta mañana, son proyectos que gastan nuestros pocos días memorables.


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