miércoles, septiembre 09, 2009

Siéntese, por favor...






De vez en cuando, caemos en la cuenta de las horas frente a una mesa. La civilización nos llevó a domesticar el mono y ponerlo al frente de un escritorio. Las horas pasan, acumulamos horas, milenios, eras geológicas sentados frente al horizonte artificial. La agricultura nos volvió sedentarios y la civilización nos volvió sentarios. No importa cuánto lleguemos a avanzar, no importa qué tan lejos lleguemos en el espacio; siempre será un buen lugar aquel que tenga sillas o algo parecido; éste será perfecto para los humanos si tiene una mesa, un escritorio o algo parecido que combine con esa mítica silla. Desde que domesticamos la piedra, nos sentamos en ella, la aplanamos, la pulimos, le impusimos la madera y quedó perfecta para la computadora. La ventana nos llevó a mirar a los otros mundos sin pararnos. Cualquier otra actividad que implique erguirnos será la revolución aplazada, la que nos llevará a una nueva época, donde las sillas tengan espaldar blando, ese que adelgaza, relaja, civiliza y nos hace más humanos, el que nos hará caminar de nuevo.


Michael Gleizer

Etiquetas: