miércoles, febrero 20, 2008

Cinema Puro (II)

Al entrar tarde a la sala de cine, me perdí el inicio de No country for old men. Ya estaba en mitad de un asesinato, el otrora tullido. Al salir del lugar de los hechos, la nada. El desierto; del que han huido hasta los coyotes. La inexpresiva arena, aunque más carismática que el rostro de Bardem. El temor recorre la sala cuando el tipo tiene los huevos (cojones, huevas), de no dejar cabo, ni rostro en su sitio, si han visto un crimen. Habla poco, inexpresivo, nunca se ríe y aun así merece un premio. El Oscar al que provoca temor será del español. Ni siquiera corre detrás de las víctimas, no hace falta. Los años ochentas son un espejismo. El contexto no importa y los hoteles de paso son la oportunidad de un asesinato. Tarantino debe morirse de envidia, Kill Bill 2 no es ni la mitad de simple que la de los Coen. La sencillez de no decir nada, de no prometer nada y no hacer caso a los adornos. Es una película donde no llueve, el humor del asesino no lo permite. Ejercicio de frontera, la película de la nada. El tullido sigue siéndolo. Soberbia, una película de temer.

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