jueves, junio 04, 2009

La muerte de Kwai Chang Caine (Ojalá el autógrafo fuera mío)



Hace un rato murió un solitario. No sé nada de la vida personal de Carradine, sólo sé de los personajes que encarnó. Los que vi eran solitarios hombres que caminaban por la vida o por sus casas resoplando odio, venganza o sabiduría. El hombre de El huevo de la serpiente es mi favorito, era uno que no entendía qué pasaba, encarnaba al hombre común, al desplazado de la vida, de la historia. Nos faltan huevos para entender las carambolas de los actos ajenos y las consecuencias del poco poder que tengamos. A veces esa soledad me recuerda un pistolero protagonizado por Franco Nero, en una película de un solo fotograma que reiterativamente se re-estrena en mi cabeza. Aunque estuvo el año pasado en Colombia grabando la malograda Tiempo Final (Tic, tac), prefiero las imágenes de Carradine encarnando a los que no existen, de los personajes, esos que nacen muertos de antemano.

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