martes, febrero 26, 2008


De los lugares más inquietantes, los hospitales. Es donde todo está en vilo, en suspenso. Sin embargo, hay un sentido de la realidad que es contundente. Se está vivo o muerto, o en proceso a llegar a ser. No dudo de los doctores, no dudo de la vida, no dudo de los pasillos horrendos, de los malos olores o de las veces que he tenido que visitarlos. No hay peores o mejores, en los hospitales todos somos poco, todos tenemos dolencias. Hasta cuando somos visitantes nos duele algo. La dura realidad está allá; sin embargo, es tan frágil como los días que transcurren.

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